La riqueza de los alimentos que se producen en España queda amparada por el mecanismo de conservación que hay tras la denominación de origen o indicación geográfica de un producto.
La calidad de los productos agroalimentarios es una información obligatoria que los consumidores han de conocer. Pero, además de ésta seguridad alimentaria, existen otros productos extraordinarios de nuestra geografía que podemos querer conocer y se rigen bajo altos estándares de calidad.
Una denominación de origen identifica un producto originario de un lugar determinado, cuya calidad se debe principalmente a un medio geográfico particular, con los factores naturales y humanos inherentes a él. Con unas fases de producción comunes a la totalidad de la zona delimitada.
Las denominaciones de origen son el sistema que empleamos en España para reconocer en los alimentos una calidad extraordinaria. Esto es consecuencia de unas características propias, debido al medio geográfico en el que se producen esas materias primas y se elaboran esos productos.
En el mundo del vino, la unión de los viticultores y las bodegas decide conjuntamente cuál es la mejor manera de trabajar la tierra y elaborar el vino acorde a los tipos de uva autóctonos y características climáticas de la zona. Ese saber hacer a lo largo del tiempo vincula a los vinos a un origen de máxima calidad. Esta unión que define claramente una serie de reglas es en sí mismo un órgano de gestión, y recibe el nombre de Consejo Regulador.
En España hay 70 Denominaciones de Origen, de las cuales dos son Denominaciones de Origen Calificadas (Rioja y Priorato). Estas denominaciones calificadas cuentas con una exigencia suplementaria en cuanto a normas y una antigüedad mayor a 10 años.
Las denominaciones de origen establecen las condiciones de producción, transformación y elaboración de sus vinos, teniendo en cuenta los factores naturales como el suelo y el clima, y los factores humanos de producción. Con un único objetivo, lograr que los vinos vinculados a su origen presenten una mayor calidad.
La Indicación Geográfica Protegida identifica un producto originario de un lugar determinado, una región o un país. Regula que ese producto posee una cualidad característica que esencialmente se atribuye a su origen geográfico. Y, que al menos en una de sus fases de producción, transformación y elaboración, tenga lugar en la zona geográfica definida.
A menudo, surgen dudas acerca de las semejanzas entre Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida. Ambas, comparten dos características, poseen un nombre geográfico que se aplica al producto alimenticio que procede de esa zona. Y además, existe un vinculo entre las características del producto y el medio de la zona.
En cuanto a sus diferencias, también encontramos dos muy relevantes. Los productos con denominación de origen protegido aseguran que la producción, transformación y elaboración se ha realizado en la misma zona geográfica. Sin embargo, con la indicación geográfica protegida no es obligatorio que todas las fases se realicen en la misma zona.